Desde mediados del siglo XIX, Chile propició una política de migración selectiva, ello se vio reflejado en que el estado incentivó, planificó, gestionó y financió el ingreso de europeos al país, como puede observarse claramente con la venida de alemanes a la zona sur del país. No obstante, dicha cualidad de selección de migrantes no fue benevolente con todas las etnias. Así, el caso de los árabes en donde, la mayoría no posee una ocupación valorada por las autoridades, implica la casi absoluta indefensión de este sector quien debe auto gestionarse y organizar su vida en la patria adoptiva.
Así todo, huyendo de guerras y de la persecución del agotado Imperio Turco, los árabes llegan al país, y aunque esto no fue un movimiento masivo, las fuentes censales permiten indicar que entre 1885 y 1940 los árabes ya constituían una población cercana entre los 8 mil a 10 mil personas. En tanto, un censo interno del año cuarenta, de la misma comunidad, reconocía la existencia de 14.890 personas, distribuidas en 2.994 familias, de las cuales un 85% correspondía a inmigrantes y el 15% eran descendientes, nacidos en el país.
Don Fred Haleby Fabrica de Thermo-Plasticos .Del libro, “Las industrias de las colectividades de habla Árabe en Chile”.
La distribución espacial de esta comunidad no se concentró en la capital, al contrario estos se ubicaron fundamentalmente en provincia, siendo 1866 familias que representaban el 62% del total de árabes, quienes vivían fuera de la capital, la cual recibió a cerca de un 32%, que representaban a 1143 familias. Cierta explicación de ello, da cuenta del ejerció del comercio ambulante, el cual permitía o propiciaba la distribución o establecimiento de los árabes en sectores alejados a la ciudad, producto de un comercio itinerante de poblado en poblado.
Los migrantes, venidos del oriente medio, eran en la mayor parte de los casos de nacionalidad palestina 46 %, siria 42 % y libanesa 12%, quienes huían de la guerra, las persecuciones religiosas y la pobreza. Ellos llegaban a Santiago prácticamente sin dinero y en razón de ello, se dirigían a los sectores de más bajos arriendos como San Pablo San Diego. Cuando la situación económica de ellos mejoraba algunos cruzaron el río Mapocho y se dirigieron, fundamentalmente, a Recoleta y en otros casos a Independencia.
Según la Guía Social de la Colonia Árabe en Chile, se estima que para 1941, la cantidad de familias árabes dentro de los límites de la comuna de Independencia era de 57. De ellas, 33 eran de sirios, 16 de palestinos, una de libaneses, una siria/palestina, una de egipcios, y hay otras 5 con insufieciente información. Numéricamente, las 57 familias de Independencia contrastaban con las 182 familias que para 1941 vivían dentro de los límites actuales de Recoleta.
Fachada de un local árabe en 1937. Del libro, “Las industrias de las colectividades de habla Árabe en Chile”
La calle Independencia fue la principal arteria de la comuna donde vivieron árabes por los años cuarenta, de hecho, de los 57 grupos familiares de esta etnia, 43 de ellos vivieron en la comuna. Sin duda, una de las principales razones del asentamiento de ellos en la zona fue la la ubicación cercana a sus paisanos de Recoleta y la cercanía con el centro de la ciudad y de la actividad comercial por excelencia de la zona. Asimismo, la colectividad árabe tendió a instalar sus locales comerciales dentro de su propia casa y la calle Independencia era una calle que reunía las condiciones, por el tamaño de sus propiedades y por ser una arteria comercial, circundada de populosos barrios, propensos al consumo. De ese modo, grupos familiares como los Asfura, los Tala, los Kachich o los Gosn podían ofrecer más fácilmente sus productos u oficios, en peluquerías, paqueterías, fruterías, hilados, etc. Así se hicieron parte de la historia de la calle Independencia tiendas como “La Monjita” (n° 476), “Las Novedades” (n° 446), “La Independencia” (n° 480), “La Casa del Pueblo” (n° 818), “La Violeta” (n° 416), “San Antonio” (n° 490), “San Enrique” (n° 456) o “El trébol” (n° 436).
Asimismo, las industrias localizadas en el sector van a ser una muestra innegable del trabajo árabe y su integración e inserción con la comunidad. Así podemos encontrar la Fábrica de Thermo-Plasticos de Yazigi y Haleby ubicada en avenida Francia 1286, productora de una variedad de productos entre los que encontramos: peinetas y botones, cigarreras, aparatos de radio, cucharas y manillas de cartera, con extraordinaria precisión debido a sus máquinas de tecnología avanzada.
Las calles donde vivieron las otras 15 familias de árabes fueron Escanilla (2), Residencial (1), Domingo Santa María (3), Santa Laura (3), Venecia (2), Maruri (2) y Santos Dumont (1).
Sección pulido Fabrica Yazigi y Haleby en «La industria de la colectividad de habla Árabe»
Otra Industria importante en Independencia fue la del Señor Jose Sabat, ubicada en los límites comunales, calle Perez Cotapos números 62 a 66. Este recinto era una Manufacturera de género y algodón que fabricaba casinetas, mezcla de ambas materias primas, así como también pantalones y ternos con la calidad similar a los que se venden en Europa o Estados Unidos. Más de 20 operarios dan vida a esta, la cual cuenta con las mejores medidas de higiene y seguridad.